“Hacé tu práctica”, va la cita famosa de Pattabhi Jois, “y todo vendrá”. Para la mayoría de nosotros, lo que más nos cuesta es llegar al mat y hacer el primer Surya Namaskara. El segundo casi cuesta lo mismo pero al tercero, ya estamos mas aceitados, hasta contentos.
Pero salir de casa o en desenrollar el mat en el living a veces es muy difícil. Hace más de 3000 años, Patanjali identificó los obstáculos que nos siguen molestando como practicantes hasta el día de hoy: la enfermedad, la pereza, la duda, la modorra, la inestabilidad, la percepción incorrecta, las distracciones y el apego al placer.
Un día como hoy (un lunes de lluvia torrencial después de un fin de semana divino), esto se podría traducir en lo que me pasó a mi: tengo dolor de garganta y sigo cansada del workshop de Ty; ¿debería practicar si me estoy enfermando? Mejor me voy a casa, duermo la siesta, me hago un tecito y como chocolate en la cama, total ayer hice karandavasana y soy tan exigente conmigo misma; la verdad es que debería ser más relajada—y podría ver un episodio más de Homeland… Estos fueron mis pensamientos hoy al terminar la clase de la mañana en Acassuso. Por suerte, me ganó el buen samskara de estirar el mat y ver que pasaba. Si me sentía bien después de los 10 saludos, hacía las posturas de pie. Si después de las posturas de pie, mi respiración seguía estable, hacía las del piso. Como tantas veces me ha pasado, el calor y la concentración de tapas derritió los obstáculos y llegué hasta la Pincha Mayurasana contenta y con el corazón expandido. Una vez más, sentí un agradecimiento profundo hacia el chamán de la selva y sus remedios misteriosos.
Pero es muy importante saber que hay momentos cuando no nos conviene practicar y cada tanto aparece gente en la sala que debería estar en la cama o descansando en su casa.
1. Nunca practicamos con fiebre. Si la práctica levanta calor y ya estamos afiebrados, se imaginan el estrés que esto nos puede producir en el cuerpo.
2. Si venimos del dentista y tenemos anestesia en la boca o una muela recién operada.
3. Si tenemos tanto moco que nos duele la cabeza al agacharnos. Mejor hacemos jala neti ese día y meditamos tranquilos.
4. Si estamos cursando los primeros dos o tres días del ciclo menstrual. El “Ladies Holiday” es un momento para dejar que apana tome su curso sin la intervención de mula bandha (que lo frena). Aprovechemos estos días para cuidarnos y estar tranquilas.
5. Si venimos de un turno con el osteópata (u otra terapia corporal) ese mismo día. Por lo general, esos tratamientos necesitan un tiempo para asentarse en nosotros. Mejor tomarnos un día sin el ajetreo de la vinyasa.
6. Si estamos recientemente embarazadas. Esto es muy personal y cada mujer tiene una experiencia distinta, pero la recomendación general es de dejar pasar el primer trimestre antes de retomar nuestra práctica. El embrión busca implantarse en la pared uterina y saltar de acá para allá no es necesariamente lo mejor para esta nueva y frágil vida.
7. Días de luna llena y luna nueva. Tradicionalmente no se practica durante estos días en la tradición del Ashtanga Vinyasa. En Ashtanga Baires damos clases esos días, pero la recomendación es: si practicamos, practicar suave.
Siempre ante de la duda, Alejandro, Ceci, Lisando y yo estamos felices de responder a sus mails o mensajes. Es de suma importancia que comparten con nosotros, aunque en privado, si están atravesando una dolencia física o una enfermedad. Estamos acá para cuidarlos.
Recordemos siempre las palabras de Sri Adi Shankaracharya: el asana verdadero es aquello que nos despierta la meditación sobre lo infinito y no aquello que destruye la felicidad. Si practicamos con ese espíritu, seguramente, todo vendrá.